Es una técnica diagnóstica no invasiva, que consiste en la monitorización y registro ambulatorio del electrocardiograma, durante un tiempo prolongado, habitualmente unas veinticuatro horas, en una persona que realiza su actividad física habitual. Posteriormente se analiza el registro en un ordenador para estudiar los hallazgos.
Al paciente se le coloca una grabadora del tamaño de un teléfono móvil que lleva en la cintura, y que registra el ECG.
Es muy útil en el estudio del sincope y mareo, de las arritmias cardiacas, y de la isquemia miocárdica. No solamente para establecer un diagnóstico sino también para valorar la respuesta a un tratamiento.